De cómo he acabado convertido en una máquina predadora de todo tipo de chucherías literarias es algo difícil de comprender si no se observa con ojo de pastor del Gorbea los pasos que he dado en la red desde que me inscribiera en el foro poético de Libertad8, allá por noviembre de 2007. Hubo un tiempo al menos en que desarrollé dos blogs ya extintos, Poesía Mundial de la A a la Z y Cuchillos Cachicuernos, en los que logré meter innumerables materiales que no existían en la red, entre ellos más de cinco mil poemas de poetas actuales cuyos derechos de autor me los pasaba por donde habitualmente me los paso, y eso le daba un poco de empaque y densidad a mis blogs, pero desde que las editoriales me pararon los pies y me volví unibloguer, ya sólo he seguido creciendo en lecturas. El primer mes de Neorrabioso conseguí dos mil lecturas; este último, 56.000. ¿Y para qué tantas, y adónde me lleva esto, y por qué? Además, ¿para qué sigo con este formato de blog, SI YA LO SÉ HACER? Está claro que aquí hay un problema de vanidad y drogadicción: desde hace tiempo es el blog el que va haciéndome a mí, el que me obliga, el que se ha convertido en mi amo y mi tirano.
Ya es hora de hacerle el 15-M a mi blog, por tanto. Que no, macho, que no me representas. A partir de hoy, se acaban para siempre las troyas, anécdotas, arcadias, utillajes, manifiestos y blaos varios, secciones todas que habrían estado muy bien si les hubiera puesto un límite, y comienzo a escribir yo. Yo solo. En este mismo blog pero de otra forma. Ya sé que lo he dicho en otras ocasiones y luego he cantado la palinodia, pero esta vez va en serio. A tomar por el culo este formato de blog. Lo juro por mi padre.
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