miércoles, 13 de julio de 2011

Mátalos, Susan

. Para una vez que Susan Tessler fue a salir en un poema tuvo que ser el maldito día en que la violaron cuatro muchachos de Arkansas. Yo estaba asistiendo entonces al taller poético de Herbert Payton y lo vi tan claro como sucio: cogí a Susan en el sexto verso y le fui explicando naranja a naranja las razones para no denunciar su caso a los policíos a los familios a los democracios a los justicios y le dije, Susan, no hay verso libre sin la fiebre redonda de una detonación, sólo tú puedes clavar este poema en el gancho letal de un estallido, sólo tú puedes Susan y debes hacerlo, monta en el coche y toma esta Browning de nueve milímetros, empúñala con carne y rabia y cuando des con ellos no lo dudes, Susan, debes matarlos, Susan, mátalos.

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