jueves, 9 de junio de 2011

CUATRO - Lo bien que arden las moscas o historia personal de la dulzura

Lo “dulce” que soy. Me dice que está asombrada de lo “dulce” que soy. Yo finjo que no me enfado y comienzo a contarle mis atrocidades infantiles, los gatos que mataba, las palizas a traición que dediqué a alguna de mis vacas, los castigos que sufría por pegar a mis compañeros de colegio o los asesinatos cobardes que practicaba a las moscas, asesinatos minuciosos, crueles, quirúrgicos:
–Coges la mosca –le digo mirándola fría y fijamente– y la clavas viva a un palillo tal que así. Luego le acercas una cerilla encendida. Es la hostia. Cuando quieras te enseño.
–Qué tonto eres –me dice–, te lo estás inventando. Me da igual lo que digas, eres superdulce.
“Superdulce”. La palabra me está empezando a molestar, pero me aguanto el animal y le cuento para presumir y para impresionarla mi historia con Wikio. Wikio es una página estupenda que hace un ranking atendiendo a los enlaces y calidad de los enlaces que recibe cada blog. NEORRABIOSO suele estar entre los primeros en el Ranking de Literatura; ahora estoy el segundo (AQUÍ). Los de Wikio me han mandado en el último año tres o cuatro mensajes a mi correo para que inserte en la barra lateral el gadget con mi posición, pero nunca les he respondido.
–No les contesto por no decirles la verdad: que jamás voy a instalar un gadget donde se vea que estoy el segundo, el sexto o el décimo. Valiente mierda de neorrabioso si presumo de segundón. Yo no tengo número o, si lo tuviera, sólo quiero ser el Uno.
–Pero qué chulo eres. Además, me dan igual los rankings de blogs. Pero eres dulce.
Y dale con lo de “dulce”. Prefiero que me llame hijoputa, humilde, pederasta o hasta poeta elíptico, os lo juro. Decido cortar por lo sano:
–¿Sabes que antes de conocerte me encantaba masturbarme pensando en ti?
–Me lo creo. He leído los poemas a tus “masturbamusas”. Malísimos, por cierto.
–Pero contigo no me masturbaba sólo por tu belleza, ojo. Había otras cosas que me motivaban más.
–¿Qué cosas?
–Que podrías ser mi hija, por ejemplo. O que eres una niña de papá, eso me ponía mucho. O que eres el ojito derecho de algunos profesores de tu facultad. También me gustaba imaginar que me estaba beneficiando a una de las lideresas del 15-M: se me ponía así cuando pensaba eso.
–Mira que eres burro. No entiendo por qué te molesta ser dulce.
–No me molesta, es que no lo soy.
–Sí lo eres, eres muy dulce.
–No lo soy, Natalia.
–Sí.
–No.
–...
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