Tras cinco meses de crisis y nula capacidad creativa, la llegada de la primavera parece que me está favoreciendo y me noto otra vez con ganas de pelea. Recupero mis dedos-infierno y empiezo a escribir de nuevo. Principio este diario desastre, retomo mis relatos de recuerdos y voy a recuperar también a Iratxe, que aún sigue muy viva dentro de mí. Será una Iratxe muy distinta a la de antes, una Iratxe a la que abordaré ora desde el lamento, ora desde el rencor y ora desde la venganza, escrita desde un Batania negativo y hasta mezquino. En todo caso, se prohíbe todo comentario contra ella, porque a partir de ahora sólo es un personaje de ficción (llevo nueve meses sin verla), y así no tengo que soportar que entre a mi Facebook como una górgona para decir que estoy permitiendo que la gente la acuse de no se qué. El que hable mal de Iratxe, repito, lo censuro, lo torquemadeo, lo borro. No es broma. La Iratxe de ahora sólo es ficción y el único que tiene permiso para hablar mal de ella soy yo.
Empiezo.
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