Considero que lo bonito de la jam de sonetos del día 7 de mayo no es sólo que acudan los habituales sonetistas, aquellos que ya han escrito, como decía Celaya de Ridruejo, más de 3013 sonetos sin que su máquina se detenga, sino que acudan también aquellos que nunca los escriben. Para ello deberían esforzarse un poco y comparecer sin miedo a hacer el ridículo, como es mi caso. Ahora no encuentro la dirección de Internet donde te puedes descargar un programa que me descargué en su día para hacer sonetos (el propio programa te cuenta las sílabas, te hace las sinalefas y los acentos internos), un programa que he perdido, cuando lo encuentre lo publico, pero al menos voy a dar la dirección de un diccionario inverso para que la peña que no suele hacer sonetos no se vuelva loca con las rimas:
Con ese diccionario basta pulsar el final de una palabra para que te aparezcan todas las palabras que acaban en la misma terminación. Por predicar con el ejemplo, yo mismo voy a tratar de escribir varios sonetos para luego elegir los tres menos malos. Ya me he estrenado con el engendro que se ve en la cabecera, y aunque me ha vuelto a pasar lo de siempre, esto es, que el soneto me lleva adonde él quiere y no adonde yo me propongo, al menos me lo he pasado bien un rato. Santiago Tena, al que le basta oír un soneto para saber si está bien, me va a hacer las correcciones en la jam del martes, y se lo agradezco en público y por anticipado. En todo caso, sobre el soneto a Paula Prendes de hoy, por soneto me refiero a lo que está situado a la izquierda :) :) :)
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