lunes, 27 de septiembre de 2010

Príncipe Pío, lunes, 10:00

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Llega un momento en que el aprendiz de poeta es invitado a colaborar por primera vez en una revista y, tras la alegría inicial, le viene el desasosiego, pues los editores le piden también su arte poética y una pequeña nota bibliográfica. ¿Y qué arte poética, se pregunta, si escribo sobre lo primero que me viene a la cabeza? ¿Y qué nota bibliográfica, si ésta es mi primera colaboración? Yo ya pasé el trago, pero alguna vez he pensado que lo mejor sería escribir una nota bibliográfica a la contra, algo así como “Batania, poeta neorrabioso. NO soy humilde. NO escribo por vocación. NO finalicé mis estudios universitarios. NO he publicado un solo libro. NO sé idiomas. NO he ganado premios. NO he figurado en ninguna de las doscientas antologías que aparecieron en España entre 2007 y 2010...”. O publicar una nota bibliográfica que se atenga sólo a aquello de lo que estoy orgulloso, venga con diploma o no: “Batania, poeta neorrabioso. Vivo dentro de un blog. Escribí borracho varias crónicas del Bukowski Club. Hice un muñeco de nieve blogger. Participé en las dos victorias futbolísticas contra los poetas elípticos. He pintado 356 mensajes en la pared sin que me sorprenda la policía. He pintado 357 mensajes. He pintado 358. He pintado 359...”.
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