La lectura siempre estimulante, vivificante de Fernando Savater. Qué tío, qué bárbaro, qué ganas de vivir expresa, qué contagiosas resultan. Esta vez son sus conversaciones con Arias. Excelentes, sin paliativos. Ahora en el País Vasco ha caído en desgracia y apenas se le puede mentar. Enseguida se le echa encima el sambenito de ser un hideputa. Y no lo leen ("Para no hacer mala hostia", dicen) y no lo van a leer. Y todo por sus opiniones constantes, sostenidas, de enfrentamiento al mundo nacionalista que se ve, por lo visto, seriamente amenazado por sus palabras. Lástima de una tierra en la que podríamos caber todos, tolerante, constructiva, que podía ser de una modernidad rara, de una riqueza intelectual inaudita, pero no tenemos la menor idea de cómo discrepar sin enfrentarnos. A veces no sabemos ni escucharnos siquiera.
MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ, La casa del rojo. Diarios, 1995-1998, Península, Barcelona, 2001, págs. 151-152
. lunes, 13 de junio de 2011
ARCADIA LITERARIA (36): Miguel Sánchez-Ostiz a favor de Fernando Savater
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