miércoles, 13 de abril de 2011

Una reflexión de STEPHEN VIZINCZEY

Existe, por supuesto, el argumento de que las virtudes de un escritor son inseparables de su lenguaje, lo cual suele ser efectivamente cierto en la poesía. Sin embargo, no es cierto para la prosa, ni siquiera para el drama escrito en verso. Para empezar, la parte más emocionante y más esclarecedora de cualquier novela es la historia; el escritor no describe cómo encajan las cosas en el mundo a través de las palabras, sino a través de la estructura, y los personajes no revelan su identidad más íntima a través de sus discursos, sino a través de sus actos.
En cuanto al lenguaje en sí, yo diría que la literatura no trata del lenguaje, sino de la vida; no trata de los sonidos de las palabras, sino de su significado, y los escritores más importantes para todas las naciones son aquellos que representan a la humanidad del modo más significativo..., y por esto el mayor dramaturgo francés es Shakespeare en francés.
STEPHEN VIZINCZEY, Verdad y mentiras en la literatura, Seix Barral, Barcelona, 1989, pág. 18. Traducción de Pilar Giralt Gorina
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